lunes, 14 de julio de 2008

1992-1994/La experimentación. El rock sonico.

1992-1994/La experimentación. El rock sonico:

Tras la gira por España e insistentes rumores de su disolución, en septiembre, el trío se encerró en su propio estudio, se puso a jugar con las máquinas y la distorsión y surgió "Dynamo", el disco más áspero de su carrera (rock sónico), pero también uno de los más atractivos que, según la crítica, los ubicó nuevamente en una actitud de vanguardia. Con otra colaboración de Daniel Melero, Tweety González y Flavio Enchetó, entre otros y más instrumentos como MPC-60, sampler, sintetizador y padanth voice. Sobre este período, dijo Cerati un tiempo después: "Decidimos cambiar el rumbo porque llegó un momento en que no quisimos seguir inflando más al monstruo que habíamos creado. Las 250.000 personas en la 9 de Julio fueron algo problemático porque, ¿adónde íbamos a ir después? Ya estábamos medio podridos y cansados del grupo y yo personalmente tenía pocas ganas de seguir. Pero después encaramos el desafío de no perder las ganas de hacer música. Juntarnos fue duro pero nos sorprendió lo que fue surgiendo. Fue una nueva experiencia, además de grabar en nuestro propio estudio. Por medio de la música surgieron las canciones y fue una puerta para hacer otras cosas. Los grupos más chicos ven a Soda Stereo como una punta para hacer cosas que no se hacen dentro del pop, entonces Soda Stereo está en el centro y eso es lo que nos asusta y con este disco nos corremos un poco al costado.

Pero "Dynamo" no está por debajo de otros discos como "Nada personal" en cuanto a ventas". El disco fue presentado en Obras, los días 18, 19, 20, 22, 23 y 25 de diciembre de ese mismo año con un show soberbio, que incluyó un par de gestos simbólicos que hablan del espíritu inquieto que siempre movió al grupo. Primero: a la misma hora que Soda tocaba su disco en Obras, a apenas 10 cuadras de allí, en la cancha de River, Serú Girán concretaba su cacareada pero poco feliz reunión después de 10 años. Lo nuevo versus lo viejo: esa parecía la opción. Segundo: para números de apertura, el trío eligió a cuatro representantes de la –por entonces flamante- movida sónica. Babasónicos, Juana la Loca, Martes Menta y Tía Newton eran frecuentes animadores de la escena under de Buenos Aires, y su participación como teloneros de Soda Stereo les llegó como una bendición. Fue un gesto generoso que funcionó como doble legitimación, pues por un lado Soda presentaba en sociedad a sus herederos, y a su vez probaba que su brusco cambio estético tenía estrecha relación con el sonido de la nueva generación. Apoyado por un diseño de luces poco habitual (el estadio teñido de rojo y la coreografía –con bailarina y una gran pelota colorada- para "Luna roja" es una imagen que quedará en la memoria), pantallas de video atrás y en el techo del escenario, y un sonido también poco común para el lugar, Soda desafió a sus fans tocando casi todas las canciones de "Dynamo" y muy pocas de su viejo repertorio. Las bases secuenciadas, las capas, las capas de guitarras y las letras decididamente ambiguas generaban un clima hipnótico sacudido por furiosos golpes de electricidad que sólo daban tregua en los escasos momentos en que el trío decidía viajar al pasado con temas como "En la ciudad de la furia" o "Cuando pase el temblor". La lista completa fue: En remolinos, Primavera 0, Secuencia inicial, Juego de seduccion, Camaleón, Signos, Luna Roja, Toma la ruta, En el 7mo día, Fue, En camino, Nuestra Fe, Cuando pase el temblor, Ameba, Claroscuro, La ciudad de la furia, Texturas, Hombre al agua y de Musica Ligera. Cerati, Zeta y Charly –más Tweety González en máquinas y teclados y Flavio Etcheto en trompeta y guitarra- sonaron con precisión de computadora y a un volumen brutal. Y pusieron al rock argentino en la órbita de los sonidos que –comprobaríamos más adelante- alimentaron la música de la década. Y luego vino otra gira por Latinoamérica: Paraguay, Chile, Venezuela y una gira de un més y medio, empezando en marzo, en México (en lugares como la Plaza de Toros Calafia Mexicali, B.C. o el Gimnasio Juan De La Barrera México, D.F.) hasta abril de 1993.
Luego de "Dynamo", llegó "Zona de promesas" con mixes de los años 1984 a 1993 ("En la ciudad de la furia", "Cuando pase el temblor" y "Primavera 0", entre otros) y sólo un tema nuevo, el que le da nombre al disco.
En 1993 la intención de continuar juntos no dio para mucho más. Cerati hizo su primer disco solista, "Amor amarillo", con la colaboración de Zeta Bosio, quien luego se dedica a la producción artística de grupos nuevos como "Aguirre" y "Peligrosos gorriones" y Charly Alberti produjo "Plum", el disco debut de su novia de entonces, la modelo Déborah de Corral. Entre ese año y el 94 el grupo estuvo virtualmente separado.


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